Mucho se ha especulado sobre el valle del río Hunza, al norte de Pakistán, un lugar conocido en todo el mundo como ‘el oasis de la juventud’, por la aparente larga vida de la que disfrutan sus habitantes, quienes aseguran vivir hasta los 120 años. Pero, aunque no me gustaría desalentar a nadie, puede que el mito de la eterna juventud de los hunza no sea del todo cierto y tenga que ver con una forma distinta de contar el tiempo.
A 2.400 metros de altura, en el valle del río Hunza, en los Gilgit-Baltistán de Pakistán, habitan los wakhi y los burusho, dos pueblos a los que se les designa con el término hunzakuts o hunza, quienes se han convertido en el paladín de la dieta vegetariana debido a que supuestamente gracias a ella no padecen enfermedades y viven muchos más años que el resto de los humanos.
Según muchos autores, el secreto de los hunzakuts se encuentra en una dieta basada en frutos e hidratos de carbono, sin apenas proteínas. En verano comen frutas y verduras crudas; en invierno, albaricoques secos, granos germinados y queso de oveja. Además, dicen llevar un estilo de vida muy activo, incluso las personas de más edad, y no tienen ningún problema en darse un chapuzón, aunque el termómetro marque varios grados bajo cero.
Los hunza: ¿qué es verdad y qué falso del mito?
Si algo deja claro el mito de los hunza es que así como no es oro todo lo que reluce, tampoco hemos de creernos todo lo que se publica en Internet. Porque, aunque muchos medios de comunicación se han hecho eco de la supuesta eterna juventud de los hunza, en otros se recogen las declaraciones del Dr. John Clark, que estuvo 20 meses viviendo con ellos, y que en su libro Lost Kingdom of the Himalayas afirma que los hunza padecen las mismas enfermedades que otras poblaciones vecinas. Además, Clark señala que no tienen un calendario establecido y calculan su edad no por los años transcurridos desde su nacimiento, sino como una estimación de su sabiduría o su liderazgo dentro del grupo.
Es cierto que es un pueblo especial si lo comparamos con sus vecinos. Aparte de una apariencia caucásica, los hunza tienen una de las tasas de alfabetización más altas en comparación con otros distritos similares en Pakistán. Se trata de un pueblo que se caracteriza por su cordialidad, cortesía y tolerancia. Pero también existen tradiciones orales que narran los orígenes de las familias reales de la zona, enfrentadas en guerras y unidas en alianzas mediante conocidos intercambios de princesas, costumbre arraigada en todas las regiones colindantes.
La mujer mantiene una independencia y estatus dentro de la tribu ya que tiene la misión de conservar y almacenar los alimentos, función vital, pues si se gasta demasiado alimento en verano puede haber escasez durante el invierno. Y aunque los hunza son musulmanes, no exigen a las mujeres usar un velo que les cubra el rostro.
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