jueves, 1 de diciembre de 2016

Sus orejas y ojos estaban cubiertos de unas extrañas bolas. Pero cuando le hice zoom a la imagen me di cuenta de qué eran en realidad

En muchos países del mundo la gente no sabe cómo o no tiene el dinero para hacerse cargo de sus mascotas. El problema es que después estos se reproducen, enferman o transmiten parásitos. Por suerte, existen organizaciones como CLAWS (Community Led Animal Welfare), que rescata y provee tratamientos veterinarios a mascotas de zonas muy pobres en Sudáfrica.

La historia de Belle no es única en su caso, pero sí nos muestra los extremos a los que puede llegar un animal que no recibe los cuidados adecuados. La encontraron en una casa, completamente descuidada por su dueño. Cuando la vieron, no lo pudieron creer: alrededor de sus ojos, y prácticamemente cubriendo sus orejas (tanto por fuera como por dentro) había miles y miles de garrapatas.
La colonia de garrapatas que se había asentado en la piel de la pobre Belle había chupado tanta de su sangre que la perrita ya se encontraba anémica. La llevaron de urgencia al refugio canino para poder comenzar un tratamiento en contra de su terrible condición. 

Como no era posible sacarle una a una las garrapatas -y no porque fuesen muchas, sino porque podría haberse desangrado hasta morir-, los veterinarios le dieron un antiparasitario. Este actuaba paralizando a las garrapatas, para que se soltaran de la piel de Belle y murieran. 

Tomó un par de días antes de que todas las garrapatas se hubiesen soltado, lo que dejó al descubierto el horrible estado de la piel de Belle. La trataron con vitaminas y antibióticos, ya que además de sus cicatrices, infecciones y anemia, se había contagiado de tos de las perreras, una enfermedad que comúnmente tienen los perros callejeros. Poco a poco, nuestra pequeña Belle empezó a mejorar, a comer comida normal y a recuperar la movilidad.
A pesar de que la historia fuese compartida por miles de personas en la página de CLAWS, solo recibieron una oferta de adopción. Se trataba de una chica que había quedado tan impresionada con la historia de Belle, que sintió que debía adoptarla como fuera. Así que se la llevó a su casa, donde compartió imágenes de los avances de Belle. Su recuperación fue lenta, ¡pero exitosa! Al principio la pequeña perrita tenía miedo de caminar, subir las escaleras o incluso comer. Sin embargo, tan solo un mes después ya había ganado confianza. En esta fotografía la podemos ver con su nueva mejor amiga: 
Algunas de estas historias de rescate son escalofriantes y nos dejan con un nudo en la garganta. Pero en este caso, Belle tuvo un final feliz gracias a los cuidados y esfuerzos de la organización CLAWS y de su nueva dueña. ¡Ah, y que no se nos olvide mencionar que sus antiguos dueños están siendo demandados por la organización! Esperamos que pronto se pueda hacer justicia por este horrible caso. Mientras tanto, ¡sigue moviendo tu colita, Belle!



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