Andrew Hall, un hombre de 30 años, pretendía dejar de fumar ayudándose con los conocidos cigarrillos electrónicos desde hacía más de un año, hasta que le explotó uno de ellos cuando lo tenía en la boca. La explosión del aparato le produjo quemaduras de segundo grado en la boca y en el cuello, además de la pérdida de siete dientes.
Hoy en día, son muchos los que han recurrido este método para lograr dejar el vicio, y es por esto que Andrew, para alarmar de lo sucedido, ha contado a todo el mundo su fatal experiencia a través de su cuenta de Facebook, y así llegar al mayor número de personas posibles. En la publicación aparecen varias fotografías donde muestra claramente las graves heridas en su rostro y boca, además del destrozo que produjo la explosión en la habitación donde se encontraba.
Andrew tuvo que ser hospitalizado durante varios días y ahora se recupera poco a poco de las heridas sufridas.
No se me parece algo insolito, que tiene el cigarrillo electronico para explotar? nada, se carga la bateria y se extrae de la corriente luego solo liquido comun esto es muy extraño.
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