A ti, que pasan los días y no vislumbras percepción de mejora. A ti, que crees hacer las cosas bien pero no sabes por qué casi siempre acaban saliendo mal. A ti, que lo mejor está por llegar. No te preocupes por eso, ocúpate de ti, que llegará.
Vivimos en la sociedad del ahora, nada puede esperar: trending topics, hashtags y snapchats. Se habla de ti o no existes. El ayer ya no es noticia y no hay paciencia para el mañana. Hay demasiados peces siguiendo una corriente turbulenta. Estamos hartos de rebaños con pastor desorientado.
Decimos que queremos ser felices pero, ¿qué hacemos para estar felices? Hace poco comentábamos que la alegría era efímera pero la felicidad debía perdurar. La procrastinación, las quejas y el reproche no conseguirán ninguna felicidad. Empieza a tener menos en cuenta a los demás y a pensar más en ti: en lo que deseas construir, en tus sueños y, sobre todo, en ver más allá de la nube que hay hoy.
Te preguntas qué estás haciendo con tu vida, cuentas cuántas veces has dejado escapar oportunidades, porque es imposible que pase el tren que has perdido, pero también lo es que pierdas el tren que aún no ha pasado. Olvida las prisas, reduce marchas o, incluso mejor, baja de este vagón a toda velocidad con rumbo a ninguna parte.
Sueles creer que los demás tienen la receta de la felicidad, mientras tú sigues sin saber lo que te aportas. Estás de suerte, porque en el fondo, si te preguntas qué hacer con tu vida, ese es tu ingrediente principal, la base de cualquier buen plato, el primer aroma a felicidad.
Puedes mirar al pasado y recordar los fracasos, los esfuerzos en vano. O también puedes, y debes, ver que pusiste la mejor de las intenciones. El resultado total nunca dependerá de ti, pero sí la entrega en lo que quieres, y tranquilo, que la vida acaba poniendo a cada uno en su lugar. La conciencia es el mejor equipaje en tu mochila de bienestar.
A ti, que te has parado a preguntar qué hacer con tu vida, empiezas a entender que a veces es preferible una retirada a tiempo que una victoria amarga, que puedes perder una batalla pasional, pero el que es capaz de poner paz en una guerra es quien acaba saliendo victorioso. “Llegar al éxito es sencillo, lo complicado es merecerlo“ (A. Camus).
Si te preguntas qué hacer con tu vida, tienes mucho ganado. El siguiente paso es hacerla tuya. La vida es un regalo que no vamos a desaprovechar. Tu momento quizás no sea ahora, pero ahora sí es el momento de ser tu mismo. Conocerte, sonreírte, quererte. Cada etapa tiene un final, pero cada final significa un nuevo comienzo. Con todo lo aprendido, con todo por aprender.
No son los demás los que te tienen que hacer volar, eres tú quien lleva las alas que te harán despegar. No dependes de la felicidad de nadie, porque esa está dentro de ti. Y después de todo esto, créeme, vale la pena, porque las cosas cuando están bien hechas, quizás no tienen precio, pero tienen todo tu valor. Como dijo Picasso: “Yo hago lo imposible, porque lo posible lo hace cualquiera”.
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