sábado, 2 de abril de 2016

Lo Más Útil Que Puedes Aprender En La Vida Es A Decir Que NO

A veces somos un poco absurdos. Nos pasamos una hora con los amigos decidiendo a dónde ir a cenar, en vez de disfrutar de una hora más de cena a su lado. O nos enfadamos con la pareja por algo sin importancia, y esa pequeña discusión nos impide tener un gran fin de semana juntos.

Obsesionarnos con hacer que todo salga perfecto es lo que muchas veces provoca nuestra infelicidad, porque nos creamos demasiadas expectativas sobre lo que deberían ser las cosas, en vez de disfrutar sencillamente de cada momento. Por eso, de algún modo, buscar demasiado la felicidad puede ser el verdadero problema para lograrla.

Según los informes de tendencias en búsquedas que publica anualmente Google, uno de los temas más buscados es justamente “Cómo ser feliz”. Es un tema que preocupa a muchas personas, pero hay quien ha llegado a decir que quizá la felicidad sea solo un mito, como un espejismo que en realidad nos distrae de algo mucho más real e importante: la VIDA.


En realidad la felicidad no es el problema, sino aspirar a una felicidad mal entendida, que como nunca la podemos alcanzar totalmente, nos hace sentir frustrados. Felicidad no significa que se den todas las condiciones ideales, sino que tengamos la actitud más constructiva ante cada situación.

Hay tres posibles errores que pueden llevarnos a una felicidad mal entendida, que en realidad es poco duradera y por eso en realidad no es felicidad.

1. Enfocarnos demasiado en nosotros mismos

Si nos preocupamos todo el rato por si estamos bien, si somos felices, qué nos falta y qué necesitamos añadir, acabamos por mirar demasiado hacia nosotros, y eso implica olvidarnos de los demás. Entonces, nos cuesta mucho más adaptarnos y acabamos sintiendo mucha soledad. Por eso necesitamos equilibrar nuestra autoestima con la generosidad, para que se enriquezcan mutuamente.

También es un error justamente lo contrario: enfocarse demasiado en los demás para conseguir la felicidad, ignorando que muchas respuestas y satisfacciones solamente pueden encontrarse dentro de nosotros.

2. Centrarnos excesivamente en el futuro o el pasado

Cuando nos obsesionamos por conseguir el mejor futuro y los objetivos vitales se convierten en verdaderas obsesiones, acabamos por sacrificar el momento presente. Otro problema para ser felices es dedicar demasiado tiempo a lamentarnos, sentirnos culpables o echar de menos. Mientras miramos hacia atrás, desaprovechamos lo que tenemos delante, y dejamos de darnos la oportunidad de ser felices ahora mismo.


Tampoco deberíamos dejar de tener en cuenta el futuro, porque es lo que permite que crezcamos, que salgamos de la zona de confort y no nos conformemos. Echar la vista atrás, al pasado, también es necesario de vez en cuando, para aprender las lecciones necesarias e importantes.

3. Pensar más de la cuenta

No somos solamente racionales, y analizar no sirve para todo en la vida. Hay veces que necesitamos sentir, experimentar y dejarnos llevar. Mientras analizamos lo que nos hace felices en el trabajo o en el amor, olvidamos que no todo se resuelve pensando. También nos hablan las emociones y nuestro cuerpo, y tienen mucho que aportar a la hora de tomar decisiones importantes, para que podamos realmente vivir una felicidad que sea auténtica y duradera.

No se trata de dejar de pensar totalmente, ya que si solamente funcionamos por instinto y emociones, nos perderemos la posibilidad de reflexionar, para poder aprender y seguir avanzando en la vida.

En resumen, la felicidad sería un punto medio, un equilibrio que no siempre es fácil, pero que se puede entrenar y practicar cada día. Aprendamos a ser felices, pues será la mejor lección que podamos llevarnos de la vida.

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