En los últimos 12.000 años se han perdido el 50% de las especies animales y vegetales, pero un nuevo factor ha entrado en escena, acelerando el proceso de forma brutal: la especie humana.
El hombre, aparecido sólo hace 100.000 años, se ha convertido en la especie dominante de la Tierra, conquistando hasta el último rincón del planeta y modificando el hábitat natural en su provecho gracias a un gran poder de adaptación y a su capacidad creativa y tecnológica.
Su población no deja de crecer, y los 6.000 millones de habitantes en el año 1999 pasarán a 10.000 en el 2030, la necesidad desmesurada de espacio y recursos para nuestra peculiar forma de vida chocan con la capacidad de la Tierra para satisfacer nuestras demandas y el resto de la biodiversidad se resiente
Antes de adentrarnos en la extinción masiva que provoca la acción del hombre repasemos brevemente las grandes extinciones que se produjeron en el pasado.
La Primera Extinción
En la primera (hace 435 millones de años) una larga glaciación y el enfriamiento del agua unido a una reducción en la cantidad de oxígeno disponible casi acaba con la vida marina, habría ocurrido cuando las aguas profundas y frías remontaron, produciendo variaciones en los niveles de oxígeno del agua, haciendo perecer a la fauna, algunos peces sobreviven y los invertebrados sufren un terrible golpe.
La Segunda Extinción
En la segunda (hace 367 millones de años) desaparecen un gran número de especies de peces y el 70 % de los invertebrados marinos.
La Tercera Extinción
En la tercera (hace 251 millones de años), la más dramática de todas, perecieron el 90 % de todas las especies marinas y terrestres, recientes estudios parecen demostrar que se debió al impacto de un asteroide de grandes proporciones en la costa nosoeste de lo que actualmente es Australia.
La Cuarta Extinción
En la cuarta (hace 200 millones de años) afectó profundamente la vida en la superficie y en los océanos de la Tierra. Desparecieron cerca del 20% de las familias biológicas marinas, los arqueosauros no dinosaurios, la mayoría de los terápidos y los últimos grandes anfibios. La liberación de tan grande número de nichos ecológicos permitió que los dinosaurios asumieran el papel dominante durante el período Jurásico subsiguiente. Se desconocen los motivos de dicha extinción pero entre los mas creibles se encuentran una serie de erupciones volcánicas masivas que pudieron ocasionar un cambio climático.
La Quinta Extinción
La más reciente hace 65 millones de años, probablemente como resultado del impacto de un cometa en la Tierra, cuando los dinosaurios, los cuales durante 140 millones de años habían dominado la Tierra, perecieron en un brevísimo lapso de tiempo.
La Sexta Extinción
No obstante, si bien la causa de esas extinciones es aún materia de controversia, repentinos cambios climáticos, asteroides, dificultades de evolución, no ocurre así con las consecuencias y las características de estas catástrofes, que parecen seguir todas un mismo modelo, cambios bruscos en el hábitat de las especies que se extinguieron.
Dos nuevos estudios publicados en Science sugieren que la Tierra se dirige a la sexta extinción masiva de la vida: los científicos han comprobado una profunda declinación en las poblaciones de aves, mariposas y plantas en Gran Bretaña, y esta situación puede ser extrapolada a otros hábitats del planeta. Los británicos descubrieron que los pájaros y las plantas nativas han descendido un 54% y 28% respectivamente, mientras que las mariposas decrecieron un impactante 71%.
Aportando pruebas científicas irrefutables, Leakey y Lewin demuestran que la sexta extinción ha empezado ya: cada año, el hombre barre de la faz de la Tierra a trescientas especies vivas. Algunas previsiones sostienen que, de seguir este ritmo, en el año 2050 habrán desaparecido entre el 20 y el 50% de las especies. Y esta extinción amenaza al planeta entero, incluida la especie Homo sapiens.
La deforestación de los bosques, 200.000 kilómetros cuadrados de bosque al año (los bosques tropicales quedarán reducidos a una pequeña mancha en el año 2.050), provoca la fragmentación de los hábitats, y conforme se reducen éstos se reduce la capacidad de la Tierra para sostener su herencia biológica. Las especies se extinguen con más facilidad en territorios pequeños que en los grandes ya que las poblaciones pequeñas son más propensas a cualquier enfermedad o perturbación exterior y pueden sucumbir antes. Sin embargo la pérdida de hábitats no es exclusiva de los bosques tropicales. En todo el mundo los ecosistemas naturales se han degradado y muchos de ellos están en peligro y existen comunidades completas al filo de la extinción.
La contaminación provoca que muchos seres vivos no puedan adaptarse dentro de su ecosistema, y por lo tanto, desaparezcan. Asimismo, el cambio climático es un factor clave de extinción, y de hecho, muchas de las extinciones anteriores están relacionadas con cambios bruscos en el clima.
La sobreexplotación de los recursos naturales a gran escala de especies vegetales o animales para consumo humano está poniendo en peligro su supervivencia y la del resto de especies de la cadena alimenticia.
La introducción de especies exóticas hace que estas especies foráneas compitan con las especies nativas destruyendo el equilibrio ecológico de la zona.
La presente crisis de extinción, si continúa sin control, va a perturbar a la evolución en un grado tal que: la tierra verá la proliferación de plagas al aumentar las temperaturas excesivamente, y reducirse la variedad genética de las especies; un declive en los mamíferos grandes como elefantes, al carecer éstos de suficiente espacio para movilizarse y así, mantener el flujo genético; los trópicos no seguirán siendo los generadores de la evolución de nuevas especies, al ser éstos el motor de la biodiversidad al menos por los últimos 250 millones de años; las pérdidas de la biodiversidad van a persistir por millones de años, ya que se puede considerar que 5 millones de años constituyen un intervalo de tiempo de recuperación representativo, aunque la duración ha variado entre una extinción y otra.
Hay catalogadas más de 2 millones de especies vivas pero se calcula que pueden existir entre 10 y 30 millones de formas de vida diferentes en nuestro planeta, es la llamada diversificación ecológica o biodiversidad. Las distintas especies se diferencian entre sí por la forma, el tamaño y estilo de vida, pero además por la composición del ADN, donde se encuentra la información genética. Las mutaciones genéticas son responsables de cambios fisiológicos que se transmiten de una generación a otra; por el proceso de selección natural los individuos portadores de caracteres favorables para la supervivencia son escogidos sobre todos los demás y tienen más descendencia. Como consecuencia de este hecho se pueden llegar a formar nuevas especies y aumentar la diversificación ecológica. Al reducir los hábitats dicha diversidad se complica, lo cual imposibilita la aparición de nuevas especies.
Por lo que no solamente destruimos especies ya existentes si no que al acabar con sus habitats dificultamos la aparición de nuevas especies capaces de adapatarse a los cambios que ocasionamos.
Bajo estas condiciones, el número total de personas afectadas por lo que hagamos (o no hagamos) durante las próximas décadas estará en el orden de los 500 billones. Por su parte, la estabilización del crecimiento poblacional, el consumo racional de energía y de recursos, o la asunción de prácticas ecologistas en la vida cotidiana pregonados por el desarrollo sostenible son imprescindibles para que la Sexta Extinción no pase a ser una "Tercera Extinción Global", como la ocurrida hace unos 245 millones de años, en la que desaparecieron el 90% de las especies. Por ende, estamos ahora comprometidos en la "decisión" más grande que una comunidad de humanos ha tenido que tomar en favor de las sociedades futuras…
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