El Parque Nacional de Galápagos es un santuario para la vida marina, dentro del cual la pesca está completamente prohibida. Es de los pocos lugares en los que aún se protege la biodiversidad, y dañar a un solo animal en esa región es algo gravísimo. Por eso estas crueles imágenes de un buque interceptado no generan más que indignación y tristeza.
Uno de los grandes valores de Galápagos es que es el hábitat de cientos de tiburones, cuya población disminuye cada día a nivel mundial. Varias especies de tiburones se encuentran en peligro de extinción, por lo que su protección es de la mayor importancia.
Qué sucedió
Pelayo Salinas, ecologista marino, se encontraba en esas aguas a bordo de una patrulla del parque tras una investigación que le tomó 12 días. El capitán de la patrulla notó otro navío en el radar, y al tratar de contactarlo recibió solo silencio, lo que resulta más que sospechoso ya que por ley los navíos están obligados a responder.
Cuando fue imposible comunicarse con el barco, decidieron interceptarlo a bordo de una Zodiac, que desafortunadamente no estaba equipada para una persecución de ese tipo. Aún así, lograron identificar al barco como un navío chino llamado Fu Yuan Yu Leng 999.
El equipo enviado para alcanzar al barco descubrió algo terrible: más de 300 toneladas de peces a bordo, incluyendo tiburones martillo comunes y tiburones sedosos, que están en peligro de extinción.
Según Salinas, esta es la triste realidad en las aguas, “Hay miles de barcos como estos surcando estas aguas”.
Aunque el navío fue descubierto por accidente, los llevó a descubrir lo que considera ser la mayor captura de tiburones en Galápagos.
¿Hasta cuándo permitiremos que estas cosas sigan sucediendo?
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