Siempre que alguien pide un tiempo muerto en una relación, lo más difícil es cumplirlo, dar realmente esa distancia que el otro necesita. Nos cuestan los paréntesis, porque no entendemos si estamos juntos o no, ni sabemos qué hacer nosotros, porque es como si nos hubiéramos quedado en el botón de pausa, mientras el otro se busca a sí mismo. En esta situación se encuentra una lectora de Código Nuevo que ha escrito a la redacción confusa por no saber cómo afrontarla.
Claro que dan ganas de llamarle, de escribirle un whatsapp para saber cómo está o de presentarse en su casa como hacíamos siempre antes de que el árbitro pitase esta inesperada media parte. También nos asaltan dudas de si tiene sentido esperar, quedarse en punto muerto en vez de seguir avanzando, incluso abiertos a empezar algo en otro lugar.
Nos asaltan infinitas dudas sobre qué pasaría si… El mundo de los “y si” se abre a nuestro paso, con infinitas posibilidades que nos desbordan por completo. ¿Y si se va con otra y yo me quedo esperando demasiado tiempo? ¿Y si rehago mi vida, y después él quiere volver? ¿Y si lo que necesita no es tiempo, sino alejarse de mí?…
La situación de paréntesis no puede ser eterna en una relación. Después de un tiempo razonable, o cuando humanamente no se pueda aguantar más, uno de los dos debe convocar al otro para decidir valientemente si seguir adelante o dejarlo de forma definitiva. Porque no podemos tener a una persona en vilo eternamente mientras esperamos la inspiración divina. Si miramos realmente en nuestro interior sabemos la respuesta y siempre la hemos sabido, la duda es solo una ilusión que esconde algún tipo de miedo.
No podemos controlar el pasado, ni controlar a los demás. Así que debemos tomar el control de nuestra vida, frenar ese pensamiento inútil sobre lo que pasaría o pudo haber pasado, y aprovechar la oportunidad que nos ha puesto la vida de mirar dentro de nosotros mismos. Tal vez lo que parece una desgracia más tarde se transforme en un regalo. Eso, precisamente, solo nos lo dirá el tiempo, que también nos puede hablar a nosotros.
Más vale seguir caminando, no dejar que nadie ni nada ponga nuestro reloj en pausa. Tendría poco sentido que alguien, para buscarse a sí mismo, hiciera a otro perderse. La vida no es un juego de suma cero, donde para que uno gane otros deben perder. Todos podemos ganar, convirtiendo las crisis en oportunidades.
Quizá sea el momento de aprender algo, de conocer nuevas personas, de mirar viejas fotos, de viajar, de pasar más tiempo con tu familia o amigos, de cultivar esa afición que tenías abandonada por falta de tiempo, o de apostar un poco más por tu carrera profesional. Este tiempo también es para ti, que te mereces todo el tiempo del mundo, y que de momento tienes un tiempo maravilloso delante de ti, que no sabes cuánto durará. Con paréntesis o sin ellos, la vida sigue, y tú eres el protagonista de esta peli.
Como decía Charles Chaplin: “El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto.”
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