Nos pasamos media vida recordando el ayer, regodeándonos en nuestros éxitos o revolcándonos en nuestras miserias. La otra media nos la pasamos planificando el mañana. Pensando en que queremos tener más de lo que tenemos hoy para que en su día, cuando miremos atrás, podamos ver cuánto hemos mejorado. Y ninguna de estas cosas estaría mal si no fuese porque entre recordar el pasado y planificar el futuro te has olvidado de vivir el presente; y este es el mayor error que se puede cometer.
Winston Churchill dijo: “Si el presente trata de juzgar el pasado, perderá el futuro”. Un mensaje similar al del último vídeo de Adidas, parte de la campaña que promociona los productos de su línea Best of Sport, porque si una cosa nos enseña el deporte, es que lo único que importa es lo que hagas hoy; algo tan sencillo como cierto.
Nuestra vida, todo lo que hacemos con ella, es una historia de la que solo nosotros somos responsables. Parafraseando a otro sabio: “No podemos elegir el mundo en el que vivimos, pero sí qué hacer con el tiempo que se nos ha dado”. Y el tiempo que se nos ha dado es el hoy; ni el ayer, ni el mañana. Y sí, el sabio es Gandalf.
La única verdad absoluta sobre el pasado es que no va a volver. Da igual lo bien o lo mal que te fuese, da igual que alcanzases el mayor de los éxitos o que probases las derrotas más amargas; ya a nadie le importa, porque ahora estás aquí. Hay quienes se empeñan en hacer del pasado un lugar permanente en el que vivir, y atascados en sus recuerdos solo están consiguiendo perder un valioso tiempo que no recuperarán. Un tiempo que podrían aprovechar para seguir avanzando en su camino por la vida, para seguir mejorando, porque lo que fuiste ayer no te hace ser mejor o peor hoy.
Sobre el futuro, lo único que sabemos con certeza es que es incierto. No creo que haga falta que te digamos que por más planes que hagas, por más que te esfuerces en prepararte para tener un porvenir brillante, nadie te puede asegurar que se vaya a cumplir. De hecho, y por más frío que suene, nadie nos asegura que mañana sigamos aquí. Las circunstancias cambian rápido, lo hacen sin pedir permiso y, en la mayoría de ocasiones, sin que podamos hacer nada para evitarlo. Planificar el futuro está bien, de hecho es ahí donde vivirás el resto de tu vida, pero perder demasiado tiempo pensando en algo que podría no llegar no parece la decisión más inteligente.
En cambio, el presente ya lo conoces, no tiene trampas. En esta historia que es tu vida, las páginas que pasaron no se pueden reescribir, y las que están por llegar son un absoluto misterio; sin embargo, cada uno de nosotros al levantarse por la mañana tiene ante sí una página en blanco. ¿De verdad vale la pena llenarla con algo que ya viviste? ¿Incluir historias que huelen a viejo en lugar de hacerle hueco a todo lo que está por venir? Cuesta creer que alguien lo pueda pensar. Cada día es una oportunidad única para ser quien quieras ser, hacer lo que quieras hacer, y llegar donde quieras llegar.
No hay límites. Si quieres aprovechar al máximo tu historia, vive el presente para que en el futuro puedas decir que el pasado realmente valió la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario