La crueldad del ser humano no tiene límites y lo comprobamos con cada noticia de un animal en vías de o en extinción y totalmente pacífico que es muerto a sangre fría, con la cobardía que representan las armas de fuego.
Por esta razón, la humanidad siempre tuvo un impacto muy negativo en la fauna de nuestro planeta. Tanto para los animales en su hábitat natural, dónde son cazados y asesinados injustamente, hasta incluso dentro de nuestros hogares, donde compramos animales que son cuidadosamente cruzados con el fin de obtener ciertas característica estéticas y físicas que el ser humano prefiere
Si los animales tuvieran la misma maldad, probablemente no quedaría ni una sola persona viva. A veces la tragedia nos sirve para aprender a comportarnos acorde a nuestra especie y puede que este sea el caso.
Lo que le sucedió al célebre cazador Theunis Botha podría servir como ejemplo a todos los cazadores en el mundo. Botha se encontraba en el pueblo Gwai, de Zimbabue, junto a sus colegas en un territorio acosando a una manada de elefantes cuando una hembra respondió ante el peligro que se avecinaba y decidió defender a sus crías.
El elefante se acercó y levantó a Botha con la trompa pero fue enseguida abaleado por otro cazador, quien buscaba defender a su compañero lo más rápido posible. Sin embargo, nunca se imaginó que al pegarle un tiro mortal al elefante, éste caería arriba de Botha, aplastándolo y causándole heridas mortales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario