jueves, 22 de septiembre de 2016

A veces más vale ser desconfiado, que amanecer engañado


Aunque no suele ser la norma general, cuando se trata de nuestro bienestar, conviene ser precavidos. Cuando es nuestra salud y la de nuestros seres queridos la que está en juego, conviene ser desconfiado e informarse antes de comprar un remedio o someterse a una terapia de dudosa eficacia.

En los últimos años han ido en aumento la cantidad de pseudociencias o terapias alternativas. Las pseudoterapias suponen riesgo para quien se somete a ellas. Este tipo prácticas juega con el desconocimiento e ingenuidad de las personas, poniendo en peligro la salud de quienes las practican.
No existe una pseudociencia sin peligros. Estas prácticas no solo empobrecen la cultura y aumentan la desinformación, sino que además pueden suponer un riesgo importante para la persona.


Hay grandes diferencias entre ciencia y pseudociencia
Para el ojo inexperto puede ser complicado diferenciar las terapias basadas en la evidencia de las terapias sin fundamento científico. Es importante tener información para saber distinguir la ciencia de la pseudociencia, de manera que no nos dejemos engañar por quienes velan más por nuestro dinero que por nuestra salud.

La ciencia supone un conjunto de conocimientos estructurados, obtenidos a partir de la observación y la experimentación. El método científico, además de ser un método riguroso y estricto, es la principal herramienta para obtener sus conclusiones válidas y fiables.

Las pseudociencias son subjetivas, no se basan en métodos rigurosos que demuestren si realmente funcionan más allá del efecto placebo. Estas terapias son inconsistentes, tienen resultados contradictorios, no pueden demostrar su eficacia y no aportan pruebas para demostrar su funcionamiento.
Señales de alerta
Aunque puede ser complicado distinguirlas existen algunas señales que encienden las alerta que lo que nos están vendiendo es una pseudoterapia:

Palabras alerta: hay algunas palabras que hacen que las alarmas salten y nos pongan como mínimo en alerta: bio, energía, magia, constelación, natural, alternativa, flores, orgánico, magnetismo, imanes, sanación son algunas de ellas.
Te piden que abandones el tratamiento médico: si cualquier persona te aconseja que abandones el tratamiento que tu médico especialista te ha recomendado no hay dudas, es una pseudoterapia. Ningún profesional de la salud recomendaría tal barbaridad.
¡A mí me funcionó!: cuando se habla de pseudoterapias, siempre encontramos a personas que afirman que a ellas les funcionó. Aunque un tratamiento pueda funcionar en un caso individual  no quiere decir que en la mayoría de las personas de resultado. Para que sea válido debe funcionar no solo en una persona, sino en multitud de ellas.
Siempre hay una conspiración: normalmente detrás de una pseudoterapia siempre hay una conspiración en contra de la misma. Gobiernos a los que les beneficia que sus ciudadanos mueran, farmacéuticas que controlan la prensa mundial o científicos que quieren destruirlas son algunas de las conspiraciones más corrientes.
Parece magia: en muchas ocasiones las pseudoterapias parecen cosa de magia. Energía que se transmite por las manos, imanes que curan o productos que sanan dolencias crónicas y degenerativas. Desconfía de todo aquello que se acerca más a la fantasía que a la razón.
No se ha demostrado que sea falso: un argumento muy esgrimido en pseudociencia consiste en que: como X no se ha demostrado que sea falso, entonces es verdadero. Este tipo de argumentos son falacias que  solo pretenden engañar. Una terapia que no puede contrastarse ni comprobarse es sin duda una pseudoterapia.
Se desconfiado tanto del estafador como del seguidor
Dentro de este mundo podemos encontrar a dos tipos de personas claramente diferentes, el estafador y el seguidor. El estafador sabe perfectamente que lo que está vendiendo es un fraude y su único interés es obtener un beneficio económico.
Por otro lado, el seguidor no es consciente de que lo que está vendiendo es un engaño. Ellos mismos viven en la ignorancia, siguen a otras personas que proclaman la pseudociencia y no se plantean si lo que están haciendo funciona de manera generalizada o solamente en unos pocos.

Aunque las intenciones de cada uno sean diferentes, tanto el estafador como el seguidor están engañando y vendiendo productos o terapias fraudulentas.

No existen las varitas mágicas
A todos los profesionales nos gustaría tener varitas mágicas que borrasen el sufrimiento y dolor nuestros pacientes pero, desgraciadamente, no existen. No hay remedios eficaces que curen enfermedades graves y crónicas con manos, agua o imanes.

Las pseudoterapias y pseudociencias suponen un peligro para aquellas personas que se someten a ellas. Ante cualquier duda o problema de salud, es recomendable que acudas a tu centro médico habitual o consultes con un especialista.
No se deje seducir por remedios fáciles, baratos, rápidos y sin esfuerzo. Infórmese sobre los tratamientos que está recibiendo y contraste la información con los profesionales adecuados. Recuerde: más vale ser desconfiado, que amanecer engañado.

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