Pasó 30 años de su vida en la cárcel, fue condenado a que le cortaran la cabeza en la guillotina, sus escritos estuvieron entre los libros declarados malditos por la Iglesia y fue acusado de asesinatos y de perversiones. Esa es solo una parte de la vida del Marqués de Sade. ¿Te atreves a conocerle mejor?
Su nombre completo era Donatien Alphonse François de Sade y era hijo de padres acaudalados. Nació en París en 1740, fue filósofo y escritor. Escribió obras tan conocidas como Justine y los infortunios de la virtud, Las 120 jornadas de Sodoma, Los crímenes del amor y Aline y Valcour entre otras.
La sexualidad y el Marqués de Sade
Si por algo se recuerda al Marqués de Sade es por sus ideas sobre la sexualidad. A finales del siglo XVIII introdujo un nuevo concepto de placer sexual, que en su época fue entendido como una incitación al crimen y a la perversión.
La sociedad de la época fue criticada por el Marqués de Sade en sus obras por su cinismo, ya que se inculcaba a las mujeres la idea de ser decentes y entender el sexo como algo malo y a la vez se admitía la existencia de la prostitución como una forma de permitir a los hombres satisfacer sus necesidades sexuales.
Para muchas personas de su tiempo el Marqués de Sade era un loco que escribía sobre el sexo de forma macabra, cuando comenzó a publicar sus escritos se le consideró un escritor maldito y sus obras fueron ocultadas durante años.
Actualmente, cuando pensamos en Sade, le asociamos a la expresión “sadismo”, que es la tendencia sexual por que se obtiene placer mediante el dolor físico propio o de otra persona. Se asocia a Sade con todo lo perverso, pero Sade era mucho más.
La vida de un personaje peculiar
No podemos olvidar que el Marqués de Sade fue un gran erudito de su época. Recibió una educación privilegiada y le interesaron mucho los viajes exóticos. Devoraba libros de filosofía e historia, que eran sus dos materias preferidas.
De su educación se ocupó su tío, el abate de Sade, aficionado al libertinaje y a Voltaire. Con 23 años le casaron con una mujer de clase alta llamada Rénee Pelagie de la que no estaba enamorado, de hecho, en su libro Aline y Valcour habla de ese matrimonio arreglado.
La mayor parte de su vida la pasaría en prisión por causas contra él sobre abusos y torturas a doncellas. En esas acusaciones tuvo mucho peso la sociedad de la época y sobre todo la animadversión que su suegro sentía hacia él.
La libertad sexual
A pesar de todas las ideas sobre el Marqués de Sade y su asociación con la perversión, realmente sus obras apuestan por la libertad sexual, en el sentido de disfrutar de nuestra propia sexualidad más allá de pudores y de limitaciones que nos imponen la cultura y la educación.
Las obras de Sade se pueden estudiar desde muchos puntos de vista: social, político, psicológico, moral, antropológico, histórico, literario… Pero, en cualquier caso, las palabras que utiliza estaban cargadas de ironía y de metáforas, con el fin de despertar la mente de sus lectores.
La realidad es que Sade no era un simple escritor de pornografía, sino que era un crítico político que fue valorado por autores de años posteriores, como los surrealistas. Su obra fue realmente un panfleto contra la aristocracia de la época.
Básicamente Sade propone una libertad moral en su vertiente más extremista y combina dos ideas fundamentales: la igualdad de los individuos y el egoísmo radical basado en la idea de que nacemos en sociedad y estamos condenados a ella, sin relación directa con otro individuo.
Por lo tanto, el Marqués de Sade tuvo unas ideas avanzadas respecto al tiempo en el que le tocó vivir, por lo que trataron de silenciarle incluso mucho tiempo después de su muerte y, a día de hoy, sigue causando curiosidad por ser uno de los personajes más irreverentes y curiosos de la historia.
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