La vida sexual es como una montaña rusa: a veces estás en la cima y otras, simplemente, te vas en picada, ya sea por decisión propia o no.
Aunque no lo creas, el cuerpo lo siente, por lo que algunos cambios se presentan durante esta etapa de abstinencia.
1. Bajón de defensas
Según la Universidad de Indiana, tener relaciones sexuales mejora el estado del sistema inmune, por lo que es más probable que te enfermes.
2. Tu libido cae
A pesar de que no está 100 por ciento comprobado, la Dra. Tammy Nelson aseguró en una entrevista a Medical Daily que la actividad sexual es una forma de mantenerla en óptimo estado. Por lo que durante un periodo de abstinencia, la excitación tiende a disminuir.
3. Estrés a flor de piel
Una investigación publicada en Psychology Today demostró que la presión sanguínea incrementa entre las personas estresadas y que pasan por un periodo sin sexo, a diferencia de las que no.
4. Tardas más tiempo en “prenderte”
Expertos afirman que la lubricación vaginal previa al coito se ve beneficiada por la práctica constante, por lo que si no has tenido acción en un rato, puede que te tome algo de tiempo llegar al punto “candente”.
5. Menos ETS
Como ves, no todo es negativo. Obviamente, al no estar con nadie, disminuye el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, pero esto no implica que no puedas contagiarte de éstas o de infecciones del tracto urinario, advierte el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos.
6. No te vuelves más “estrecha”
Si creíste que esta era otra ventaja, estás equivocada; aunque los músculos de tu vagina sí tienden a relajarse, indica la Dra. Jennifer Wider. La buena noticia es que si quieres trabajar la elasticidad de tu zona íntima, puedes probar algunos ejercicios de Kegel.
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