La operación ordenada por un juzgado de Torrejón de Ardoz ha logrado acabar con una organización criminal dedicada a la celebración de peleas de perros. La policía ha detenido a 23 personas en una finca ubicada en el municipio de Güímar, en Tenerife. Según los agentes, se trataba de un entramado criminal muy cerrado y de carácter jerárquico que tenía a coordinadores y organizadores de las peleas de perros en Tenerife y Madrid.
La convocatoria de los combates se realizaba mediante llamadas siguiendo un esquema piramidal; se seguía una cadena de seguridad para no dejar rastro ni posibilidad de despertar sospechas. La organización también contaba con páginas web clandestinas para convocar eventos.
Fuentes judiciales señalan que el evento organizado en Güímar fue de "gran magnitud". De hecho, las mismas fuentes han empleado la frase "pelea de Champions" para describir la expectación ante el cruel acontecimiento.
El juez instructor de Güímar y la fiscal de Urbanismo y Medio Ambiente, Francisca Sánchez, han tomado declaración a los detenidos durante más de seis horas y han decretado prisión comunicada y sin fianza para cuatro de los 10 investigados. Los seis restantes han abonado la fianza.
A los investigados les imputan los delitos de maltrato de animales cometidos en el seno de organización criminal, tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas. También se ha tomado la medida cautelar de prohibición de desempeñar oficios relacionados con los animales. Los hechos serán juzgados en Torrejón de Ardoz y no se descarta que, debido a la imputación de delito de organización criminal, sea la Audiencia Nacional quien se encargue del juzgar a los investigados.
Los agentes que accedieron a la finca en la que se habían congregado los presuntos autores de los hechos encontraron una especie de ring en el que se celebraban las peleas de los perros —todos de raza pitbull— y cadáveres de animales en un barranco cercano.
Según la investigación, en el lugar se encontraron restos de perros de menor tamaño, la mayoría de raza Foxterrier, que eran usados como "sparring" (en boxeo, persona con la que se entrena para preparar un combate) y alimento para los pitbull.
Todos los perros habían sido robados y tenían chip, pero estos eran extirpados con un bisturí. En la misma operación se ha detenido a un policía local del municipio de Arona y a un veterinario que suministraba sustancias a los perros para aumentar su tamaño y fiereza.
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