La Dirección General de Tráfico (DGT) no trabaja en un nuevo carné de conducción, sino en el cambio de algunos puntos que han quedado obsoletos porque «diez años después, la movilidad y los hábitos de la sociedad han cambiado mucho». El departamento comandado por Gregorio Serrano sí está por la labor de tomar acciones severas contra los conductores que hayan perdido todos los puntos por conducción temeraria relacionada con el consumo de alcohol y drogas, y reincidan al volante. Estos conductores no renovarán el permiso, según las intenciones de la DGT adelantadas por Javier Villalba, subdirector general adjunto de Normativa del organismo.
Villalba participó el pasado miércoles en una jornada sobre el permiso de conducción organizada por PONS Seguridad Vial, que contó también con la presencia del nuevo patrono de la entidad, el ex director general de Tráfico, Pere Navarro. Villalba expuso algunas de las ideas que están sobre la mesa, dentro de la revisión estratégica de la ley de Seguridad Vial que la DGT quiere sacar adelante «esta legislatura» y que pretende, como medida inmediata, atajar el repunte de víctimas registrado en la carretera en 2016.
Villalba se explayó sobre uno de los mayores quebraderos de cabeza para Tráfico: el uso del móvil al volante y las distracciones que provoca. De hecho, de la estadística de los siniestros ocurridos el año pasado se desprende que ir tocando el teléfono, escuchando un audio y consultando la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp explica el 35% de los accidentes. El subdirector adjunto de la DGT anticipó que se valora endurecer las sanciones y pérdida de puntos ligadas a estas infracciones.
En el marco de las jornadas, Villalba aseguró que tras el consumo de alcohol y drogas se esconde una patología muy peligrosa para el resto de conductores. «Aquí la respuesta punitiva o sancionadora se queda corta y lo que tenemos que hacer es que esa persona, con esas enfermedades, se derive a un tratamiento de rehabilitación con especialistas», indicó.
Acreditado por un médico
Durante su intervención, el invitado de la DGT no dudó en apuntar la responsabilidad del órgano: «El alcohol y las drogas son un problema social. La competencia de Tráfico es únicamente que esa persona no conduzca y tendrán que ser los especialistas médicos los que inicien la rehabilitación, y ojalá el ciudadano pueda volver a conducir en un tiempo, pero mientras tenga un problema, lo importante es que no conduzca más», por lo que se deduce que solo podrá volver a llevar un vehículo con permiso sanitario.
Villalba introdujo dos aristas más al debate: la necesidad de detraer puntos a los no residentes, como los franceses, que han puesto en marcha el permiso por puntos virtual «y aquí es necesario», apuntó, y los premios a los buenos conductores por la vía de la compensación en el seguro.
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