lunes, 20 de marzo de 2017

El lado oscuro de las selfies con animales

Hay selfies, GIFs, y videos virales que son mortales para la fauna. Un delfín bebé en peligro de extinción murió la semana pasada cuando unos bañistas en una playa en Argentina lo sacaron del agua para posar con él. También este mes, dos pavos reales murieron en un zoológico chino después que unos visitantes los maltrataron para hacerse selfies.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, organización que establece el estatus de conservación de las especies, ha clasificado al delfín de La Plata como vulnerable de extinción, protegiéndolo de la caza y la captura en Argentina, mas no de la gente que se pasa una cría de mano en mano hasta matarla de deshidratación.

“No creo que tuvieran la intención de dañarlo, pero el entusiasmo y la emoción atrajo a las personas –dice Neil D’Cruze, director de Políticas e Investigación de Fauna en World Animal Protection, Reino Unido-. Esto demuestra que interactuar con un animal salvaje en su hábitat puede ser igual de terrible y mortal que mantenerlo en cautiverio”.

Miles de especies de animales salvajes sufren a causa del comercio de mascotas exóticas. Aunque desconoce su dimensión exacta, el problema es enorme, y muchos animales son traficados ilegalmente. (Lee: Los menús exóticos de Malasia)

Las redes sociales han cambiado el panorama, haciendo que los animales salvajes resulten adorables y aceptables, mas lo que nadie ve es el sufrimiento que ocultan esas imágenes. Estas tres especies se vuelven una tendencia en Internet, pero deben estar en la naturaleza.

Loris perezoso

Los loris perezosos son primates atractivos pero venenosos que saltaron a la fama en videos en Internet que los mostraban siendo acariciados o comiendo bolas de arroz. Las nueve especies de loris perezoso están amenazadas de extinción, eminentemente por el comercio ilegal de mascotas.

Dos estudios recientes que documentan la gravedad del comercio ilegal revelan que las condiciones típicas de conservación constituyen maltrato animal. Cuando los investigadores analizaron 100 videos en línea de loris tenidos como mascotas, hallaron que todas las grabaciones mostraban animales enfermos y maltratados que sufrían de desnutrición, obesidad, enfermedad, temor y angustia. (Lee: ¿Dónde denunciar el maltrato animal?)
Una autora del estudio, Louisa Musing, de la Universidad Oxford Brookes, dice que esos videos exponen a los loris perezosos a un público mundial, estimulan la demanda como mascotas, y distorsionan la percepción del lugar al que pertenecen y lo que representa un ambiente saludable para los animales.

“Cualquier individuo desinformado que vea esos videos ‘lindos’, se quedará con la impresión de que son mascotas adecuadas, cosa muy ajena a la realidad de esos animales salvajes y complejos”, dice Musing.

La coautora, Anna Nekaris, de Little Fireface Project y la Universidad Oxford Brookes, agrega que lo que aparenta ser una lindura es, en realidad, horripilante. “Los loris perezosos se mueven lentamente y se paralizan cuando están estresados; y también se aferran a lo que pueden, pues en la naturaleza nunca sueltan las ramas”, informa. “Así que un loris que sujeta un tenedor o levanta los brazos en el aire, está manifestando signos de estrés”.

“Los loris perezosos jamás deben ser mascotas”, insiste Musing, de manera enfática. “Sus necesidades complejas no pueden satisfacerse en un hogar privado. Son animales salvajes que necesitan permanecer en la naturaleza”. (Lee: Posesión de mascotas exóticas)
Perro mapache

Tanu, un perro mapache o tanuki, se hizo famoso en internet después que su amo tuiteó fotos que lo mostraban caminando con correa, acercándose a un calefactor durante una tormenta de nieve, y pidiendo comida.

Los perros mapache parecen eso, mapaches. Pero en realidad son miembros de la familia de los cánidos, como las zorras y los lobos. Son nativos de Asia oriental, pero hace 80 años, unos biólogos soltaron 9,000 ejemplares en el oeste de la Unión Soviética, para cazarlos por sus pieles. Aquellos perros mapache originales se reprodujeron, diseminándose al occidente hasta el centro y oeste de Europa.

Además de ellos, hay gente que quizás esté liberando perros mapache cuando se vuelven difíciles de controlar. Hace poco, hallaron dos perros mapache en la campiña de Gales, probablemente mascotas abandonadas.

“Las especies invasivas compiten con la fauna indígena. Pueden diseminar enfermedades e introducir patógenos, diezmando la fauna nativa”, previene Clifford Warwick, biólogo consultor y científico médico que ha estudiado el comercio de mascotas exóticas desde hace décadas.

Los perros mapache son una gran amenaza para los anfibios y las aves que anidan en el suelo. Algunos países como Suecia instan a sus ciudadanos a cazar y matar perros mapache invasores.

Los perros mapache también albergan altos niveles de parásitos infecciosos para las personas. De hecho, las mascotas exóticas transmiten docenas de zoonosis, enfermedades que pasan de los animales al ser humano.

D’Cruze agrega que los reptiles tenidos como mascotas pueden ser vectores de salmonella, y en Estados Unidos causan de decenas de miles de casos anuales de la enfermedad en humanos. “El hongo quítrido, que está aniquilando poblaciones de anfibios en todo el mundo, fue transmitido por el comercio de mascotas exóticas”, asegura.

Tití pigmeo

2016, el “Año del Mono” para los chinos, ha desatado una locura de monos mascota entre los nuevos ricos.

Con un peso de escasos 100 gramos, los tití pigmeos son los monos más pequeños del mundo. En su hábitat natural del bosque tropical amazónico, donde se encuentran en peligro de extinción, viven en grupos familiares estables con relaciones sociales complejas. Son animales altamente inteligentes e inquisitivos.

Y son pésimas mascotas: es imposible que los dueños les proporcionen un ambiente tan complejo y estimulante como el que encuentran en la naturaleza, de manera que mueren fácilmente en cautiverio.
Pese a que la venta de tití pigmeos es ilegal, los llamados “monos de bolsillo” se encuentran en tiendas de mascotas chinas por el considerable precio de 4,500 dólares. Y no obstante, fotos de los animales ya han estado apareciendo en el sitio Sina Weibo.

Un estudio reciente de Warwick y sus colegas halló que más de 70 por ciento de las mascotas exóticas muere a las seis semanas de caer en manos de los mayoristas. Muchos animales mueren durante la captura, y los problemas continúan cuando llegan al hogar del propietario. “Enfermedades, lesiones, y estrés psicológico, todo eso persiste de principio a fin en el comercio de mascotas salvajes”, acusa Warwick.

La próxima vez que veas un video o una foto de un animal salvaje tenido como mascota, intenta recordar lo que ocurre entre bastidores. Habla de lo que ocurre en el comercio de animales exóticos, y solo comparte imágenes de animales que lleven una vida plena y saludable en la naturaleza.


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