jueves, 2 de marzo de 2017

Esta mujer tuvo sexo con su marido los 365 días del año: así es cómo le cambió la vida

Brittany Gibbons es la protagonista de un especial experimento, por así decirlo, que realizó junto a su pareja. A veces muchos creemos que en el peak de la pasión en una relación, podríamos pasar todos los días teniendo relaciones, pero entre las excusas y el cansancio, eso puede olvidarse. ¿Te imaginas los 365 días del año teniendo intimidad sin falta cada día?
Brittany dejó atrás el clásico me duele la cabeza  y quiso también poner a prueba los clásicos “mitos” sobre la masculinidad: aquella supuesta capacidad que tendrían de tener sexo todos los días. Así que con su esposo dejaron de lado los peros y, literalmente, se pusieron en acción.


Podría terminar en éxito o en tragedia, pero había que probarlo. Gibbons es escritora, por lo que tener sexo todos los días del año era una buena historia. Sin importar lo que pasara, tenían que lograr intimidad en algún nivel, a toda costa.
La pareja decidió hacer este experimento no por sentir deseo inacabable, sino para probarlo como terapia, o como fuese. Uno de los puntos importantes era que la protagonista no se sentía cómoda con su cuerpo, en especial después de tres hijos. Esta sexualidad a la fuerza podría darle una nueva perspectiva.

A Gibbons le costaba estar desnuda frente al espejo, por lo que el desafío no era menor. El sexo diario tenía muchos objetivos tras intentarlo.
Al comienzo fue complicado, ya que con o sin ganas se obligaban a hacerlo, era su compromiso sexual. Pero de a poco la motivación fue creciendo, y era mayor el placer que el compromiso.
De toda la experiencia, surgió mucha literatura de Gibbons, quien explica que esto “No lo hice para salvar mi matrimonio. Lo hice para salvarme a mí misma”. En sus propias palabras, el  sexo generó más sexo, y amplió sus alternativas usuales en cuanto a intimidad se trata, explorando de todo un poco.

Para Andy y Brittany esto fue una ventaja, pues se volvieron a acercar, generando mayor complicidad y cariño entre ambos. Finalmente, su relación se hizo más fuerte, y además trajo beneficios personales.
En cuando a la visión que Gibbons tenía de sí misma, también comenzó a cambiar para mejor. Ya olvidó los kilos de más, sus cicatrices… quería disfrutar la relación con su marido, y para él ella era la más atractiva, y eso se logró plasmar en su mente. Fue un proceso de amor de pareja y personal, que nunca se hubiese esperado.

¿Qué te parece su historia?

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