Seguramente en más de una convención te has tomado una foto con el adorable Pikachu o has pasado horas viendo al equipo de pokemones bailando en diversos eventos. Tras estos momentos tiernos, se esconde una cruel verdad que jamás imaginarías.
Todo inició en 1945 con los terribles ataques nucleares a Hiroshima y Nagasaki. Luego de bombardear 67 ciudades, Estados Unidos fijó sus ataques más fuertes en estas regiones del Japón, causando la muerte de miles de personas. Las consecuencias fueron y siguen siendo catástróficas, es por ello que Pokémon fue creado como una manera de recordar los sucesos sin mostrar la verdadera cara del incidente, pintando todo como un mágico mundo lleno de color.
¿Te has fijado en que todos los pokemones se parecen a animales reales? Los creadores de la historia dibujaron cada uno de ellos pensando en los animales que fueron víctimas de mutaciones, producto de los ataques nucleares. Tanto en la tierra como en el mar, los animales cambiaron su aspecto y habilidades. En Pokémon vemos que cada uno de ellos tiene ciertos poderes, lo que en la mente de los creadores les ayudaría a protegerse de cualquier ataque y también, a cuidar a sus entrenadores Pokémon, lo que refiere a los sobrevivientes de los ataques y las generaciones posteriores.
En los juegos y en la serie, puedes ver que casi no hay adultos, esto se debe a todos aquellos que fallecieron en los ataques. El que la mayoría de los personajes son niños, refiere a que ellos son la esperanza del mundo y que después del ataque, los Pokémon entrenados les ayudarían a defenderse de cualquier enemigo. Puedes saber más de esta historia con la teoría “Pokémon War”.
La popularidad del videojuego y de la serie han dejado ganancias millonarias a sus creadores, quienes destinan una gran cantidad de recursos a diversos
estudios que ayuden a recuperar las áreas afectadas por los ataques nucleares.
¿Te imaginabas que algo así se escondía tras los cachetes de Pikachu?
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