Bailar, conocer, explorar… quizá amar. Yo soy ese compañero inseparable que siempre estará a mi lado. Soy esa mejor amiga que me entiende mejor que nadie, y ese amante maravilloso que sabe exactamente lo que me seduce y encanta.
¡Cuánto me río con mis chistes! Siempre me parecen buenísimos. Además, sé exactamente mi plato favorito, el color que más me gusta y el regalo que puede hacerme más ilusión. ¡Es lo que tiene pasar 24 horas a mi lado! Lo curioso es que no todo el mundo puede decir lo mismo: hay personas que no se han parado a pensar qué les encanta, ni a darse el gusto de vez en cuando.
“Amarse a sí mismo es el comienzo de un idilio que durará toda la vida.” Oscar Wilde
Claro, me encanta embarcarme en proyectos, compartir experiencias y formar equipo, pero siempre llevo un equipaje indispensable para cualquier viaje: me llevo a mí. Con mis defectos y mis fortalezas, pero siempre voy conmigo. Si soy generosa, lo soy con toda la capacidad de querer que he aprendido conmigo. La autoestima es la primera escuela del amor.
Es mucho más difícil que los demás nos puedan dar algo que nos haga ilusión si ni siquiera nosotros sabemos decir qué es lo que nos ilusiona. Los extremos se tocan, y por eso ser complaciente es igual de negativo para una relación que ser muy egoísta. Si no nos queremos a nosotros mismos de manera equilibrada, aceptando las limitaciones que tenemos y también reconociendo lo maravillosos que somos, difícilmente podremos tratar a los demás de esa forma: queriéndoles tal y como son.
El secreto está en encontrar a una persona que sepa estar sin ti, pero que prefiera estar contigo. Una persona que justamente se quiera a sí misma con tantas ganas como le pones tú a quererte. Por eso se trata de ser también esa persona, la que se quiere a sí misma lo suficientemente como para no necesitar completarse con nadie. Entonces, y solo entonces, el amor mutuo será inmenso, y duradero.
“Existe una evidencia muy grande de que cuanto mayor sea nuestra autoestima mejor vamos a poder tratar a los demás“. Nathaniel Branden
Si no somos felices solteros, no lo podremos ser en ninguna relación, por perfecta que sea. Tampoco podremos emprender y triunfar con socios, ni formar un gran equipo de trabajo. Como madres o padres fracasaremos también, porque la autoestima es como la raíz del árbol de todas las demás relaciones.
Por eso, hoy quiero recordarte y recordarme a mí mismo: lo que sea, pero conmigo. Porque sin ti lo soy todo, por mucho que me encante y pueda elegir estar a tu lado, pero sin mí no soy nada.
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