¡Vamos! Nadie debe sentirse “no querido” o “menos importante” porque un 14 de febrero no recibe un detalle, una atención especial o no hace algo “maravilloso”. Creo que de hecho el 14 de febrero es el día del olvido.
¿Cómo del olvido?
Sí, las personas que le dan una enaltecida importancia a los detalles y tonterías del 14F suelen olvidar todo lo bueno y hasta lo malo de los días pasados. Si por ejemplo, una persona especial te regaló unos días atrás un chocolate y el 14F no te da nada, dices: “Qué mal, no tiene detalles conmigo”. Si por otro lado, tienes a una persona “especial” que no ha tenido nunca detalles contigo y no te presta la más mínima atención y el 14F tiene un detalle entonces dices: “Me quiere, es especial y me presta atención”.
¡El amor no puede ser tan vacío! Ni debe ser reducido a un detalle, mucho menos a un solo día. El 14F es un día como cualquier otro, algunos lo harán especial y otros no. El amor es más grande que esta idiotez y reducirlo a un regalo o a un detalle es menospreciar la compañía, el compromiso, toda la experiencia y aprendizaje que una relación interpersonal nos puede aportar.
Hay muchas definiciones sobre lo que es el amor y seguramente cada quien asumirá como propia la que más se adapte a su personalidad, a sus gustos y por supuesto: a su situación. Pero personalmente defino el amor con una sola palabra: admiración. ¡Ojo! No confundamos “admiración” con “adoración” pues el amor no es ni una secta, ni un partido político; mucho menos una religión. Se admira cuando se siente respeto y se conocen las razones. Se adora por fe, por misticismo, por fantasía e ilusiones.
El amor por admiración sólo es posible cuando conocemos las razones, cuando reconocemos el valor de la otra persona y compartimos sus mismos principios, toleramos sus defectos y no esperamos obligaciones. No es un amor ciego, es un amor con todos los sentidos en funcionamiento. No es un amor de un día, es amor a cada momento. No significa que todo es color de rosa, al contrario, significa paciencia cuando se pone negro. Disfrutamos ver a la otra persona haciendo lo que le apasiona y si la vemos trabajando más nos enamora. Cuando llora compartimos su dolor y si sonríe se nos acelera el corazón. Cuando discutimos lo hacemos con la misma pasión que cuando no estamos de acuerdo y para solucionarlo siempre estamos dispuestos. El amor por admiración sí es orgulloso mas no caprichoso. Es orgulloso porque nos encanta lo que somos cuando estamos con esa persona, nos sabemos exitosos. No es posesivo, todo lo contrario, es abierto a la libertad, respetuoso de la voluntad de estar o no estar. No es inconsciente, es enfocado y concentrado siempre pendiente de cada acción, comportamiento y palabra que hayamos pronunciado. Reconocemos los detalles aunque no sean evidentes porque nos conocemos tanto que sabemos que cada detalle ha sido entregado voluntariamente.
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