lunes, 17 de octubre de 2016

El testimonio de este pediatra en Facebook te partirá el corazón

Creo que una de las profesiones más hermosas es ser médico, pero, además de tener que sacrificar tantas cosas, las muertes de los pacientes pueden ser impactante para los profesionales de la salud. El doctor Michael P. La Quaglia compartió su desgarrador testimonio en Facebook, que, seguramente también te partirá el corazón.
“No hay nada mejor en el mundo que decir a unos padres que el tumor que su hijo tiene es benigno. Vivo para esos momentos. Y la peor cosa es decir a un padre que he perdido a su hijo. Solo me ha pasado cinco veces en 30 años y querido matarme cada una de las veces”. 

Así comienza la carta del cirujano jefe del centro especializado en cáncer “Memorial Sloan- Kettering”, que fue publicada en la página de Facebook de “Humans of New York”
" la mejor cosa en el mundo que me puede pasar es decirle a un padre que su hijo es tumor es benigno. Yo vivo para esos momentos. Y lo peor que me puede pasar es decirle a un padre que he perdido a su hijo. Es solo me ha pasado cinco veces en treinta años. Y me he querido matar a mí mismo cada vez. Los padres me confiaron a sus hijos. Es una confianza sagrada y la responsabilidad última es siempre mía. Pierdo el sueño por días. Te lo piensas dos veces cada decisión que tomé. Y cada vez que pierdo un hijo, le digo a los padres: " prefiero estar muerto que ella. ' y lo digo en serio. Pero voy a la iglesia todos los días. Y creo que me voy a ver a esos niños en un lugar mejor. Y voy a decirles que lo siento. Y, con suerte, van a decir, ' lo olvides. Vamos en. ' "
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Como nos enteramos de estas historias, estamos tratando de juntar $ 1,000,000 para ayudar al equipo en Memorial Sloan Kettering Cancer Center en su lucha contra el cáncer pediátrico. Gracias a las 15,000 personas que han contribuido hasta ahora. Estamos casi el 60 % del camino. Por favor, considere donar.
Cortesía: Facebook "Humans of New York"

Sin embargo, el médico también confiesa cómo puede llevar esa carga sobre sus hombros:

“Voy a la iglesia cada día. Y pienso que voy a ver a esos niños en un sitio mejor y les diré "lo siento" y espero que ellos digan "olvídalo"”.

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