jueves, 13 de octubre de 2016

No es amor, es la idea de estar enamorada

Cuántas veces nos pasa que por no querer estar solas, por idealizar a la persona o por no querer ver la realidad terminamos con alguien que no amamos. Sí, no es amor, es la idea de estar enamoradas.

El amor es increíblemente complejo.


No porque se forme en otro mundo, sino porque se forma en nuestras mentes que son increíblemente complejas.

Cuando llega el amor, no es suficiente encontrar a alguien a quien amemos, sino encontrar a la persona correcta.

Y a veces, no es la persona de la que estás enamorada, sino de la idea que tienes de ella. 


A veces sólo queremos amar a alguien que esté en nuestras vidas, no importa si es o no la persona correcta

Queremos ser amados, queremos que nos cuiden, que nos atiendan, que nos traten bien. No queremos estar solas.

Queremos a alguien con el que compartir nuestras experiencias, nuestros pensamientos, ideas, bromas y risas.

La soledad puede ser brutal, compleja, y a veces, necesitamos atención y compañía, especialmente cuando hemos estado solos por un tiempo.

Todos aman su independencia, quieren ser solteros hasta que la soledad se apodera de ellos. 


Es fácil cuando tienes cientos de amigos y distracciones, pero mucho más difícil cuando te sientes sola.

A menudo vemos bien conformarnos con cualquier tipo de compañía y tendemos a imaginar que la persona con la que estamos es mejor de lo que es en realidad.

A veces estamos enamoradas de la persona que solía ser, no de quien es ahora

La gente cambia. Cambiamos partes significativas de nuestra mentalidad, la forma en que vemos el mundo y la forma de resolver problemas.

A veces, las personas no cambian para mejorar, a veces sus decisiones no son las mejores y el problema, cuando estamos enamoradas es que no queremos ver en qué se ha convertido la persona que amamos.

Solemos recordar lo que nos hacía felices y esperamos que esas experiencias regresen otra vez.  


Solo vemos lo que queremos, no lo que necesitamos ver

Casi todas las relaciones inician increíblemente bien, y por eso esta etapa se conoce como la fase de la “luna de miel”.

Tristemente las vacaciones acaban. Para algunos, esta fase dura semanas, para otros semanas y para unos más años.

Una vez que las parejas de ven a sí mismos como son, es ahí donde las cosas comienzan a cambiar.


A menudo las personas pueden estar juntas por años sin darse cuenta de quién es su pareja en realidad, y no porque los hechos no estuvieran ahí, sino porque preferían no enfrentarse a esa realidad.

Muchas veces decidimos creer en la versión menos probable de la realidad porque es más atractivo.

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