Parece trama de película de horror, pero es real: una adulta mayor e invidente, quien acumulaba objetos en su casa de Brooklyn, llevaba más de 20 años viviendo con el cadáver de su hijo. Según la policía de Nueva York, puede que ella ni siquiera supiera que él estaba ahí.
Fue el 15 de septiembre cuando la cuñada de Rita Wolfensohn, quien iba a recogerla para llevarla al hospital, hizo el macabro hallazgo: en medio de una habitación repleta de escombros, sobre un colchón en el suelo, estaba un esqueleto intacto, vestido con pantalones de mezclilla, camisa y calcetines. Era el cadáver de su hijo Louis, quien ahora tendría 49 años.
Según Josette Buchman, la cuñada, el cuarto donde encontraron el cadáver se veía como si un camión de basura hubiera dejado ahí su cargamento: estaba lleno de polvo y basura.
Cuando la policía interrogó a Wolfensohn, ella respondió que su hijo se había mudado hace años. Aunque sus familiares se negaron a comentar, se sabe que la mujer tenía dos hijos: Michael, quien falleció en 2003, y Louis, a quien no veían hace más de 20 años.
Uno de los policías comentó que el caso parecía "una escena de Psicosis, pero al revés". En este caso, fue la madre quien mantuvo durante años el cuerpo de su hijo muerto.
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