Uno de los temores más comunes en la vida es el temor a la incertidumbre. ¿Acaso existe algo que nos aterre tanto o más que el miedo a lo desconocido? Para nuestra sorpresa sí, y se llama crisis. Cuando pensamos en esa corta palabrita y cuán vulnerables somos a experimentar una crisis, nos tiemblan las piernas y nos sudan las manos. Pero eso no es lo peor, porque el daño más grave que causa la crisis es que nos hace dudar de nosotros mismos.
Mientras estamos en nuestra odiosa zona de confort todo parece de color de rosa. Ese supuesto suelo firme en el que nos encontramos nos hace sentir una seguridad a la que lógicamente nadie quisiera renunciar. Pero el trabajo de una crisis es ese, sacarnos en un segundo de nuestro paraíso de tranquilidad.
No podremos enfrentar una crisis si no conocemos sus posibles beneficios. Albert Einstein escribió una maravillosa definición sobre lo que significa una crisis y las cosas buenas que podemos hallar en ella. Hoy quiero descoser sus palabras con el objetivo de crear una guía que pueda sernos de utilidad para estar preparados cuando esa hora aparentemente oscura llamada crisis personal, llegue.
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más los problemas que las soluciones
En primer plano, debemos aceptar que las crisis están a la orden del día. Al encontrarnos en una, lo peor que podemos hacer es enfrascarnos en la tragedia y hundirnos en el desánimo, porque será como estar en arena movediza. Debemos hacer que brote todo nuestro potencial para enfocarnos en las soluciones más que en los problemas y mostrarle al mundo de qué estamos hechos. Somos invencibles.
Sin crisis no hay desafíos; sin desafíos la vida es rutina
Y ya sabemos lo que la rutina le hace a nuestra vida: la va carcomiendo poco a poco. Una crisis es una renovación, es un nuevo desafío; es la oportunidad para hacer cosas nuevas, explorar nuevos caminos y descubrir nuevos ambientes con posibilidades infinitas de desarrollo y crecimiento personal. Es la mejor manera de evolucionar.
En la crisis nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias
Cuando estamos en calma, el cerebro está en su estado ocioso. Cuando las luces de emergencia se activan gracias a la crisis, esta valiosa máquina se pone a toda marcha en la búsqueda incesante de posibles soluciones. Viene a nosotros nuestra naturaleza inventiva y comenzamos a trazar las estrategias que nos permitirán sortear cualquier tipo de obstáculos. Nos convertimos en creativos.
La crisis trae progresos
Nada más pensemos en el resultado una vez que ponemos a trabajar a toda máquina nuestro cerebro, combinándolo con nuestro talento e inventiva. Las soluciones a cualquier problema parecen nacer por sí solas desde nuestro interior y materializamos todas nuestras ideas. Nos hacemos productivos.
Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado
Justo aquí es donde recuperamos la confianza en nosotros mismos. Descubrimos que estamos hechos de energía, que poseemos talentos y contamos con una voluntad inquebrantable. Somos indetenibles.
Estamos listos para la acción. La próxima vez que nos encontremos de cara a una crisis solo debemos recordar que se trata de una nueva oportunidad para demostrar que somos más grandes que cualquier desafío. ¿Te dejarás intimidar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario