Seno, mama, ubre, pecho, busto. Si el miembro viril “tiene nombres mil”, como dice la canción, la teta humana no se queda corta. Además de su función vital para amamantar a los recién nacidos, es una de las partes del cuerpo más populares en el arte, la literatura y la vida cotidiana -eso incluye el sexo, has leído perfectamente bien, no te apures-, además de ser de las más censuradas en redes sociales. Para ir abriendo boca, satisface tu curiosidad, y de paso tranquilízate, si eso, sabiendo que el pecho más grande del mundo es una talla 102ZZZ -¿pero eso existe?-. Volviendo a lo que nos gusta, te recordaremos que se puede cantar un orgasmo por soleares solamente con acariciarte (bien) los pezones. Oh là là. C’est vrai.
“Es una teta, es una teta… ¡es una teeeeta!”
Según datos publicados en informador.com.mx (México) y el diario ABC, los humanos son los “únicos primates con senos permanentes”, ya que, a diferencia de nuestras hermanas, a estas se les deshinchan cuando dejan de amamantar, función en la que el tamaño de los pechos no importa, por cierto. Nosotros no, vamos recordando nuestra capacidad reproductiva a diestro y siniestro, con o sin escote, cual cartelito de “Open” con luces fluorescentes. Como una publicidad nada subliminal. Y por qué no.
La dislexia del seno, algo así como el ‘ser o no ser’
No es ningún dilema. A partir de YA podrás dormir tranquila. Primero debes saber que el pecho tiene un peso variable según si estamos esperando la regla o excitadas, cuando suelen aumentar, ya que el cuerpo produce un nivel más alto de lo normal de progesterona -lo mismo ocurre durante el embarazo-. Cambian constantemente de tamaño. Y lo que estabas esperando: el cuerpo no es simétrico y, en el 65% de los casos, el seno izquierdo es más grande que el derecho. Me resulta curiosa, de entre todas las teorías, la que explica que “se debe a que las mujeres prefieren ese lado del pecho para combinar con una mano derecha libre durante el amamantamiento”, según la publicación antes mencionada.
Para hacer bien el amor hay que irse… ¿al norte?
Hay un rumor que, corriendo como la pólvora, alimenta la idea de que las norteñas están más bien dotadas. Que tienen los pechos más grandes, vamos. “La mayoría de las mujeres rusas usan una copa de talla D, seguidas por el resto de sus vecinas de las zonas más nórdicas del planeta”. ¿Importará, en serio? Don’t think so y, para gustos, colores.
Cuatro tipos de pezones
Aunque los humanos estemos hechos con el mismo patrón, nunca hay dos iguales. Todos somos diferentes, igual que no hay dos sin tres… Sin cuatro, en este caso. Se podrían clasificar los pezones en cuatro categorías: los normales o comunes, que presentan una ligera curvatura; los planos, que se manifiestan con los estímulos; los hinchados, en constante “llamada de atención”; y los invertidos, que ponen la mirada hacia adentro.
Correrte al acariciarte los senos, hell yeah
Cito textualmente: “Un estudio realizado por Men’s Health desveló que el diez por ciento de 213 mujeres experimentó este tipo de orgasmo alguna vez, mientras que un artículo publicado en The Journal of Sexual Medicine asegura que la estimulación del pezón activa la corteza sensorial genital. Pero la verdad es que no se puede explicar. Prueba, tanto si eres él como ella. Y nos cuentas.
Ya has visto lo que puedes hacer por tus senos y, lo más importante, lo que un pecho puede hacer por ti. Cuida y aprecia esta parte del cuerpo y recuerda tocarte y autoexplorarte, y mucho, por placer y también por prevención de cara a enfermedades como el cáncer de mama, todavía una de las principales causas de muerte femenina en los países desarrollados. A gossaaar.
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